¿Por qué perduran las pseudociencias?
¿Por qué las personas se inclinan más por las pseudociencias a pesar de tener tanta información a su alcance?
Me parece que lo primero que hay que tener en mente es que hay tres formas de entender a la Ciencia, la primera es la Ciencia como aproximación filosófica a la vida (verbo), que nos permite poner algo de orden al mundo que experimentamos. La segunda es la Ciencia no como instrumento o método de interpretación del mundo sino como cuerpo de conocimiento (sustantivo); y la última, es la ciencia moderna como actividad profesional.
Entonces hay que entender que la Ciencia como cuerpo de conocimiento se va expandiendo muy lentamente mediante el uso sistemático de la Ciencia como método. Cómo método, la ciencia implica una serie de aproximaciones sucesivas donde todo conocimiento se considera a prueba. Esto hace que exista un desfase importante entre al arcón de conocimientos científicos de los cuales estamos muy seguros, como el principio de conservación de la masa/energía y otros de muy reciente adición como podría ser la forma de medir la inteligencia.
Como método, la Ciencia es lenta y laboriosa pues implica:
- La comprobación de los resultados por expertos independientes. Un estudio no representa un conocimiento que ya pueda añadirse al arcón de la Ciencia como cuerpo de conocimientos. Se requiere que sea replicable.
- Hay escencialmente dos caminos para garantizar la veracidad de un resultado. Tenemos el camino de de deducción formal (matemática) a partir de primeros principios y por otro lado el camino empírico que implica experimentación (incluyendo replicación). En el camino empírico no basta con tener datos que apunten a un resultado, para que ese resultado sea válido se debe poder demostrar su validez probabilística. En ese sentido hay que tener mucho cuidado con las ahora de moda, DataViz o estadística básica y comúnmente invalida de buscar correlaciones. No sólo la correlación no implica causalidad, sino que la correlación realmente no es correlación.
- La validez de un resultado no proviene de quien lo propone (así sea de un premio Nobel, específicamente si es en economía), se requiere replicación y rigor probabilístico.
- Muchas veces los resultados replicables y rigurosos, no son extrapolables más allá del contexto experimental en el que fueron generados. Hay que tener mucho cuidado con las narrativas. Los resultados validos, pueden interpretarse bajo narrativas falsas. Hay que recordar que en general no entendemos lo que vemos, sino que vemos lo que entendemos.
Entonces una de las razones por las cuales las pseudiciencias persisten es que el camino de la Ciencia es lento y laborioso. Esto se combina de forma perversa con nuestra necesidad de seguridad y de entender.
Esta necesidad innata de querer entender esta relacionada con nuestra capacidad evolutiva para detectar patrones. Considera por ejemplo que fácil es reconocer un rostro humano un las rugosidades de una pared o ver formas de animales en las nubes. Esto hace que evidencia parcial que todavía no ha pasado por los filtros de la replicación y el rigor probabilístico, mientras nos generen narrativas que suenen bien.
Como discuto aquí, la racionalidad científica reduccionista (no usado el termino de forma peyorativa) que funciona muy bien en el dominio de lo simple (no me refiero a lo sencillo), puede simplemente ser inservible en el dominio de lo complejo. Así pues, no existe algo así como una racionalidad universal sino conjuntos de racionalidades locales. Quizá lo único universal al respecto es que, como propone Taleb, lo racional es aquello que nos ayuda a sobrevivir.
En el dominio de la incertidumbre y lo complejo, existen tradiciones, supersticiones y heurísticos cuya racionalidad científica puede ser inexistente o hasta errónea, y sin embargo, son útiles para sobrevivir. En este caso uno debe entender que lo importante no es la narrativa que explica el heurístico sino el resultado del mismo, que en principio ha mostrado su utilidad durante mucho tiempo. Esto es un punto clave, al final del día el tiempo es el máximo juez de cualquier resultado, heurístico o científicamente riguroso.
En el libro clásico de 1995 “El mundo y sus demonios”, Carl Sagan hace una extensa crítica hacia el papel destructivo de la pseudociencia como tipo de anti-conocimiento que muestra usando como ejemplos la existencia de las brujas, OVNIs, percepción extrasensorial, y curación milagrosa. Esta es quizá la visión mas tradicional de la pseudociencia.
Entonces existe una diferencia muy importante entre la herbolaria tradicional, que supongamos no sabemos bien a bien el mecanismo exacto por el cual actúa un tratamiento (aunque podrían haberse ya identificado por ejemplo las sustancias activas); y por otro lado, por ejemplo, la curación milagrosa por “imposición de manos” de algunas religiones. El tratamiento herbolario surgió de cientos o miles de años de prueba y error colectiva (de cierta forma un proceso de experimentación sistemática) y transmisión intergeneracional de dicho conocimiento. La cura milagrosa se basa en el dogma, en la fe; no en la experimentación sistemática. Los resultados del primero son comprobables, los del segundo se desvanecen bajo el escrutinio.
Entonces en algunos casos el apego de las personas a ciertas tradiciones, supersticiones o heurísticos, que han sobrevivido por mucho tiempo y cuyos resultados son reales (sin importar la narrativa) es racional y no creo que deba considerarse como pseudociencia.
Del otro lado de la moneda, tenemos resultados basados en técnicas modernas que si producen anticonocimiento y que sí deben considerarse pseudociencia, como es el caso del IQ o el uso suave de la estadística basado en correlaciones y sobre las cuales se construyen narrativas que se ven científicas sin serlo, como el caso del libro “The Better Angels of our Nature” de Pinker. En esa misma categoría están la mayoría de los ejercicios de forecasting en sistemas complejos y sobre todo las propuestas globales de intervención como son las de dejar de comer carne para salvar al planeta (ver porque yo le digo no a dejar de comer carne).
Aquí la razón de las personas para seguir usando estos resultados pseudocientíficos tienen que ver, creo yo, con:
- Entendimiento superficial de cómo funciona la ciencia lo cual puede llevarnos al cientificismo.
- Sesgo ideológico, por ejemplo considerar los problemas éticos de la producción masiva moderna de carne y buscar a toda costa “evidencia científica” para promover alternativas.
- Incomprensión de la naturaleza diferente de los sistemas complejos y quedarse encerrado en la necesidad de “matematizar” disciplinas cuya naturaleza es mas bien filosófica como la psicología. Esto es quizá general en las disciplinas sociales que requieren del orden de 10^9 mas datos (por efecto de las colas pesadas que caracterizan a la mayoría del fenómeno social) para tener el mismo poder estadístico que se tiene en los problemas típicos de las ciencias fisico-matemáticas, o biológicas y de la salud.
La otra fuente de pseudociencias no tradicionales a la Sagan vienen directamente de las ideologías posmodernas agrupadas quizá bajo la bandera #woke por ejemplo las teorías de Genero (ver “The parasitic mind” de Gad Saad). En ese caso, se trata de un proceso tipo epidemia donde estas ideas parasitarias comienzan a expandirse y prevalecen por la ausencia de “vacunas” que podríamos conceptualizar como una cultura compatible con la Ciencia.
En ese sentido, Paul Bloom afirma que los datos sobre el desarrollo sugieren que la resistencia a la ciencia surge en los niños, y se mantiene en la edad adulta, cuando las afirmaciones científicas chocan con las expectativas intuitivas emergentes. Por esto, el problema de la pseudociencias no se arregla con más educación tradicional sino con la construcción de una cultura compatible con la Ciencia, como plantea Marcelino Cereijido.